miércoles, 4 de diciembre de 2013

El tratado de Saint-Germain-en-Laye

El Tratado de Saint-Germain-en-Laye fue firmado el 10 de septiembre de 1919 entre las potencias aliadas y Austria. En este tratado se establecía el desmembramiento de la antigua monarquía de los Habsburgo, el Imperio austrohúngaro, y Austria quedó limitada a algunas zonas en las que se hablaba solamente el alemán.
Mediante este tratado se reconocía la independencia de Hungría y la creación de los nuevos estados de Checoslovaquia (con Bohemia, Moravia, Silesia y la húngara Eslovaquia) y Yugoslavia (con Eslovenia, Bosnia y Herzegovina, parte de Dalmacia y las húngaras Croacia y Voivodina). También se estableció la cesión del Trentino, Tirol del Sur, Trieste, Istria, varias islas de Dalmacia y el Friuli al Reino de Italia, Galitzia a Polonia. Hungría cedería Transilvania, parte del Banato y Bucovina a Rumania, algo que se concretó en el Tratado de Trianon, y el Burgenland a Austria.
Con este tratado, la mitad de los 12.000.000 de habitantes del Imperio que eran de lengua alemana quedaron fuera de la nueva República de Austria, como fueron los Sudetes en Checoslovaquia, la región del Tirol del Sur, con capital en Bolzano, en Italia, y algunas comunidades en Hungría y Transilvania.

La desintegración del Imperio

El 26 de octubre de 1918 el emperador Carlos envía un telegrama a su homólogo alemán, Guillermo II, en el que le comunica la finalización de la Alianza. Dos días después, Se proclama la República de Checoslovaquia. Seguidamente la población austríaca de Bohemia y Moravia proclama su unión a "Austria alemana". Seguido a ésto, el imperio comienza a desmoronarse. El 31 de este mes, Hungría se separa de Austria.
El 3 de noviembre, el Imperio firma el Armisticio de Padua con las potencias del Entente.
La República de Polonia se proclama en Lublin y las regiones del sur del imperio se unen a Serbia y Montenegro y forman el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. Transilvania se separa de Hungría para unirse a Rumania.
A fines de febrero del 1919, el secretario de asuntos exteriores austríaco, Otto Bauer y el ministro alemán de exteriores, Borckdorff-Ratzau comienzan en Berlín negociaciones secretas para una anexión de Austria a Alemania. Diez días después la asamblea nacional declara a "Austria alemana" como componente de la República de Alemania.
El 2 de junio de 1919 vomienzan las negociaciones de paz de Saint-Germain-en-Laye con Austria.

El Imperio en la Gran Guerra

El asesinato del archiduque Fransisco Fernando de Austria, en 1914, fue el evento que desencadeno a la Gran Guerra.

El asesinato de Francisco Fernando precipitó la declaración de guerra de Austria contra Serbia que desencadenó a la postre la Primera Guerra Mundial. El Imperio austrohúngaro exigió, con el apoyo del Imperio alemán, investigar el crimen en territorio serbio, ya que consideraba que la organización paneslavista Mano Negra tenía conexión con los servicios secretos de ese país. El Imperio Austrohúngaro dio un ultimátum el 7 de julio a Serbia, la que con apoyo ruso no aceptó todas las condiciones impuestas, en particular la participación de policías austríacos en investigaciones en territorio serbio. Ante dicha negativa, el 28 de julio de 1914, Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia. Acto seguido el 29 de julio Rusia ordenó la movilización general. En función de las alianzas militares, el 1 de agosto, Alemania le declaró la guerra a Rusia, al considerar la movilización como un acto de guerra contra Austria-Hungría. Ante esto, y en virtud, de la alianza militar franco-rusa de 1894 Francia le declaró la guerra a Alemania el mismo día. Los historiadores sostienen que hubo otras causas, como las alianzas entre países, La Triple Entente(Rusia, Inglaterra y Francia) y Triple Alianza, por las que un conflicto local podía tomar dimensiones internacionales. Además entre 1890 y 1914 los países incrementaron progresivamente el presupuesto militar en una carrera armamentística. Los países balcánicos se dividirán entre sendos bandos: Rumania, Servia, Montenegro y Grecia se pondrán del lado de la Triple entente; Bulgaria y Turquía se pondrán del lado de los Imperios centrales. Albania permanecerá neutral y podrá obtener su independencia definitiva.
El 8 de marzo de 1915 el Imperio Austrohúngaro se declara dispuesto a ceder a Italia el Trentino. El 26 de abril de ese año, se firma el Tratado de Londres, el cual dicta que Italia se uniría a la Triple Entente y recibiría el Trentino y Trieste.
El 21 de noviembre de 1916 fallece el emperador Francisco José I tras 68 años de reinado. Le sucede Carlos I de Habsburgo. A fines de marzo del 1917, el emperador Carlos envía una carta a Sixto de Borbón-Parma, hermano de la emperatriz Zita, pidiéndole que la haga llegar al presidente francés Raymond Poincaré con el objetivo de firmar un tratado de paz. Dos meses después, vuelve a enviar una carta sin obtener respuesta.
El 7 de diciembre de 1917 Estados Unidos le declara la Guerra al Imperio.
El 2 de abril de 1918 el ministro de exteriores, el conde Ottokar Von Czernin, se reúne con el presidente francés del consejo, Georges Clemenceau, para tratar las negociaciones de paz.

lunes, 25 de noviembre de 2013

La expansión y la posterior caída

Una década después del compromiso, se anexaron al imperio los territorios turcos de Bosnia-Herzegovina y Novipazar. En 1878, después de esta anexión, se firman acuerdos y alianzas con el imperio alemán. Italia se uniría a la alianza cuatro años después.
El Imperio austrohúngaro estaba conformado por 11 Estados además de Austria y Hungría: Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Bosnia, Serbia, Montenegro, Rumania, República Checa, Polonia, Ucrania y los territorios italianos de Trieste -Triestino. Hacia 1914 abarcaba una extensión 676.615 kilómetros cuadrados y su población rondaba los 53 millones de habitantes.
Limites del Imperio en 1914
A partir de 1892 el Imperio austrohúngaro vive una serie de reformas importantes: comienza a circular la corona de oro, la nueva moneda del imperio y se legisla sobre el sistema de votación, permitiéndose, en 1897, que los hombres la zona de Austria votaran de manera indirecta para cargos menores; diez años después, los austrohúngaros varones de más de 24 años, podían votar de manera directa.
En 1907 se llevan a cabo las primeras elecciones en Austria, un año después se tomaba bajo el control del imperio la zona de Bosnia- Herzegovina, hecho que culminaría con la alianza entre Serbia y Bulgaria contra los afanes expansionistas del imperio austrohúngaro.
El imperio entró al panorama mundial cuando el archiduque Francisco Fernando, heredero de la reinante casa de Habsburgo, junto con su esposa Sofía Chotek, fueron asesinados en Sarajevo, en un atentado llevado a cabo por un terrorista serbiobosnio y el asunto se convirtió en el detonador de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) con la invasión del ejército austrohúngaro, con el apoyo ruso, de la independentista Serbia.
Escudo del Imperio en 1915
En 1915 El Imperio Austrohúngaro ofrece a Italia la oportunidad de recuperar la región de Trieste, por lo que Italia revoca su firma del Tratado de Londres en el que establecía una alianza secreta con Francia, Rusia y Reino Unido. Un año después Francisco José I muere tras haber llevado las riendas del imperio por 68 años. La guerra continuaba cuando Carlos I sube al poder buscando firmar la paz con Francia, sin éxito. Presionado, firma un armisticio entre el Imperio austrohúngaro y los países aliados.
Tras el fin de la Primera Guerra Mundial, el derrotado Imperio comienza a decaer hasta la capitulación. Carlos rompe la alianza con Alemania. Ese mismo año, de manera sucesiva, se proclaman repúblicas independientes Checoslovaquia, Polonia y Hungría, mientras que otros territorios que se habían ido perdiendo a lo largo de la historia eran recuperados como fue el caso de Rumania, que a finales del mismo año, vuelve a anexar Transilvania a sus territorios.
En 1919 tras la firma del Tratado de Saint-Germain y el Tratado de Trianon, el imperio desaparece y en su lugar se conforman los países de Austria, Hungría y el Reino Serbio-croata-esloveno.

Las luchas políticas en el imperio

La aristocracia tradicional y de clase alta burguesía terrestres enfrentaron gradualmente cada vez más los hombres ricos de las ciudades, que alcanzaron la riqueza a través del comercio y la industrialización. La clase media y alta urbana tendía a buscar su propio poder y apoyó los movimientos progresistas en las consecuencias de las revoluciones en Europa. Fueron descritos como "liberales de izquierda" y sus representantes comenzaron a ser elegidos para los parlamentos de Viena y Budapest. Estos partidos parlamentarios liberales izquierdistas fueron respaldadas por los grandes industriales, banqueros, hombres de negocios y la mayoría predominante de los editores de periódicos. 
Al igual que en el Imperio Alemán, el Imperio Austro-húngaro utiliza con frecuencia las políticas y prácticas económicas liberales. Desde la década de 1860, los empresarios tuvieron éxito en la industrialización de las partes del Imperio. Nuevos miembros prósperos de la burguesía erigieron grandes casas, y comenzaron a tener un papel destacado en la vida urbana que rivalizaban con la aristocracia. En los primeros tiempos del Imperio, alentaron al gobierno a buscar la inversión extranjera para construir infraestructura, como ferrocarriles, en ayuda de la industrialización, el transporte y las comunicaciones, y el desarrollo.
La influencia de los liberales en Austria, la mayoría de ellos de origen alemán, se debilitó bajo la dirección del conde Edouard von Taaffe , el primer ministro de Austria 1879 hasta 1893. Taaffe utiliza una coalición de miembros del clero, los conservadores y los partidos eslavos para debilitar a los liberales. En Bohemia , por ejemplo, autorizó checo como lengua oficial del sistema de la burocracia y de la escuela, rompiendo así el monopolio de los altavoces alemanes para ejercer cargos. Tales reformas alentaron a otros grupos étnicos para presionar por una mayor autonomía también. Al jugar nacionalidades una con la otra, el gobierno garantizó el papel central de la monarquía en mantener juntos los distintos grupos de interés en una era de cambios rápidos.
Durante la Primera Guerra Mundial, el aumento de los sentimientos nacionales y los movimientos laborales contribuyeron a las huelgas, protestas y los disturbios civiles en el Imperio. Después de la guerra,, fiestas nacionales republicanos contribuyeron a la desintegración y el colapso de la monarquía en Austria y Hungría. Se establecieron repúblicas en Viena y Budapest. 

Los gobiernos y la administración locales

Imperio de Austria

La organización del sistema administrativo en el Imperio austriaco fue complicada por el hecho de que entre el Estado y la administración comunal puramente local no intruidas todavía un tercer elemento, basado en la historia, los territorios (Lander). La administración del Estado comprendía todos los asuntos que tienen relación con los derechos, deberes e intereses, que son comunes a todos los territorios; las demás tareas administrativas se quedaron en los territorios. Por último, las comunas tenían gobierno propio dentro de su propia esfera.
Para esta división del trabajo de la administración correspondió una organización de tres veces de las autoridades: Estado, territorial y comunal. Las autoridades del Estado se dividen en líneas geográficas en central, intermedio y local y al lado de esto, hubo una división de las oficinas para la transacción de negocios de acuerdo a las diversas ramas de la administración. Las autoridades centrales, que ya en el siglo 18 trabajaron juntos en una célula madre común del Estado cancillería, se diferenciaron tan pronto como las crecientes tareas de administración de llamadas para la especialización, en 1869 había siete departamentos, y en la década de clausura de el Imperio austríaco no se han creado ministerios de trabajo, Alimentos, Salud Pública y Asistencia Social. Bajo estos ministerios llegó el Statthalter, cuya área administrativa tenido normalmente las proporciones de un territorio de la Corona (Kronland), pero las inmensas variaciones en la superficie de los territorios de la Corona hizo un uniforme y la organización administrativa intermedia consistente prácticamente imposible. La unidad administrativa más baja fue la política de sub-distrito (Bezirk) bajo un funcionario (Bezirkshauptmann), que unió a casi todas las funciones administrativas que se dividieron entre los diferentes ministerios de acuerdo a sus atribuciones.

Reino de Hungría

En cuanto a los gobiernos locales, el país fue dividido en municipios o condados, los cuales poseían un cierto grado de autogobierno. Hungría adecuada se divide en sesenta y tres rural, y - incluyendo Fiume - veintiséis municipios urbanos (véase la sección sobre divisiones administrativas). Estos municipios urbanos fueron ciudades que por su gobierno local fueron independientes de los condados en los que estaban situadas, y tienen, por tanto, una mayor cantidad de la autonomía municipal de las comunas o las otras ciudades. La administración de los municipios se lleva a cabo por un funcionario nombrado por el rey, con la ayuda de un órgano representativo. Desde 1876 cada municipio tenía un consejo de veinte miembros de ejercer control sobre su administración. De acuerdo con esta división Hungría adecuada se divide en siete círculos. Además de estos sesenta y tres condados rurales de Hungría, y ocho para Croacia-Eslavonia, Hungría tenía veintiséis condados urbanos o pueblos con derechos municipales. Estos fueron: Arad, Baja, Debreczen, Győr, Hodmezovasarhely, Kassa, Kecskemét, Kolozsvár, Komarom, Marosvásárhely, Nagyvárad, Pancsova, Pécs, Pozsony, Selmecz-es Bélabanya, Sopron, Szabadka, Szatmárnémeti, Szeged, Szekesfehervar, Temesvár, Újvidék, Versecz, Zombor, la ciudad de Fiume, y Budapest, la capital de la provincia.
En Croacia-Eslavonia hubo cuatro condados urbanos o pueblos con derechos municipales a saber: Osijek, Varazdin, Zagreb y Zemun
 

Gobierno y política

Austria y Hungría mantenían dos parlamentos separados, con sede en Viena y Budapest respectivamente,
cada uno uno con su propio primer ministro. De la coordinación entre estos dos gobiernos se encargaba el Gobierno del Emperador, dotado en teoría de un poder absoluto, pero limitado en la práctica. En ambos territorios algunas regiones, como Galitzia-Lodomeria, en Austria, o Croacia-Eslavonia, en Hungría, tenían un régimen autónomo de autogobierno
Había un Consejo de Ministros Común, formado por los dos primeros ministros, el ministro imperial de Asuntos Exteriores, el Jefe del Estado Mayor Imperial, el ministro de Finanzas, algunos archiduques y el emperador, que se encargaba del gobierno de las responsabilidades comunes (finanzas, defensa y política exterior). A su vez, dos delegaciones representantes de cada uno de los dos parlamentos se reunían por separado y votaban las propuestas del Consejo de Ministros Común. En cualquier caso, el emperador tenía la decisión final en temas de defensa y relaciones exteriores.
La invasión de competencias entre los ministerios conjuntos y los gobiernos de cada uno de los dos estados causó fricciones y desgobierno, especialmente entre las fuerzas armadas. Aunque el Consejo de Ministros Común se encargaba de todas las cuestiones militares, el gobierno austríaco y el húngaro se encargaban separadamente de los temas de reclutamiento, legislación del servicio militar, transporte de tropas y de la regulación de las cuestiones civiles de los militares. Por tanto, cada uno de los gobiernos tenía mucha influencia en cuestiones militares y cada uno podía desbaratar operaciones militares si lo juzgaba conveniente a sus intereses.
Respecto a la participación de la población en el gobierno del imperio, Austria propició un régimen parlamentario a partir de las reformas de 1860, 1862 y 1867, que reconocieron las libertades religiosa, de pensamiento y de asociación. Se creó un parlamento bicameral o Reichsrat (cámara de diputados y cámara alta). Entre 1861 y 1897 se mantuvo el sufragio censitario e indirecto a través de cuatro curias de las que eran excluidos los trabajadores. En 1897 el canciller imperial, conde Badeni, creó una 5ª curia para representar a los trabajadores, pero hubo que esperar a 1907 para que se concediera el sufragio universal y directo a los austriacos, lo que redundó en los grandes partidos de masas (socialcristianos, socialdemócratas y pangermanistas).
En Hungría, por el contrario, se mantuvo una rígida y centralista política de magiarización de las minorías (eslovacos, ucranianos, serbios, y rumanos) que quedaban sujetas a la autoridad del gobierno de Budapest (exceptuando de estas políticas a las minorías de croatas y germanos, protegidos expresamente por el Compromiso de 1867). La extensa nobleza húngara consiguió retener en sus manos los poderes ejecutivo y el legislativo gracias a un sufragio censitario muy restrictivo y a un fuerte autoritarismo que mantuvo sumisa a la mayoritaria población rural húngara, mientras restringía la participación política de las minorías a unos cuantos aristócratas rumanos y eslovacos, mientras ucranianos y serbios sólo tenían asegurado su poder político a nivel municipal y local. El poder de la nobleza húngara se basaba en el control de la tierra que, hasta la revolución de 1848, les pertenecía por completo.
El Compromiso de 1867 permitió que el territorio mayormente polaco de Galitzia-Lodomeria alcanzara una amplia autonomía administrativa y cultural. A cambio de su lealtad a los Habsburgo, el control de los asuntos internos fue gradualmente transferido a la nobleza e intelectualidad polacas mediante un limitado sufragio censitario provincial, que beneficiaba a los polacos frente a los ucranianos que residían mayormente en atrasadas áreas rurales vecinas a Rusia. La nobleza polaca participó activa y lealmente en la administración imperial. De hecho Galitzia se convirtió en el «Piamonte» del irredentismo polaco frente al autoritarismo del Imperio alemán y del Imperio ruso en sus zonas de ocupación, naciendo la idea de la reconstrucción del Reino de Polonia bajo la corona de los Habsburgo (idea que se intentará llevar a la realidad durante la Gran Guerra en el proyecto fallido de la Regencia de Polonia).
Los croatas consiguieron también autonomía dentro del Reino de Hungría en 1868. Los croatas, mayoritariamente católicos y leales a la dinastía Habsburgo, quedaron frustrados por el Compromiso austrohúngaro, que los colocaba bajo la autoridad del gobierno húngaro, y mantuvieron una lucha constante por la defensa de sus derechos y libertades frente a los gobiernos centralistas de Budapest.